Mi abuelita José vino a La Villa, como cada año, llega a tanto su emoción de estar ahí, frente a la Virgen que se le vio llorar de alegría. Por otro lado yo pase a visitar el Museo Guadalupano donde se pueden ver los diferentes exvotos que la gente entrega como pago por sus milagros realizados y un sin fin de imagenes en pinturas, grabados, y objetos referentes a esta imagen desde hace tres siglos hasta ahora.
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