domingo, agosto 30, 2009

Mi colonia Juárez


Límites: Al norte, el ángulo que forma el Paseo de la Reforma y el Eje Bucareli; al sur, la Av. Chapultepec; al oriente, el mismo Eje Bucareli; y al poniente, el Paseo de la Reforma .

En la década de los años ochenta del siglo pasado, la ciudad se había extendido, primero, siguiendo el barrio de Santa María de la Ribera; luego, las calles de Donato Guerra, Artes (hoy Antonio Caso) y Madrid; después al hilo de las calles de Balderas, de las calzadas del Campo Florido (Av. Cuauhtémoc) y Niño Perdido y del Paseo de Bucareli (Av. Bucareli) a partir del depósito del Ferrocarril del Distrito Federal (lugar que hoy ocupa la Secretaría de Gobernación) hasta la Plaza de Toros Bucareli (Bucareli, Abraham González, Bruselas y Barcelona). En 1869 se celebró la última corrida en dicha plaza pues sería demolida. Los terrenos que ocupó los adquirió la fábrica de cigarros “El Buen Tono” para construir una notable unidad habitacional. Dentro de este perímetro, no todo el espacio estaba cubierto con fincas, jardines y calles. En 1887 había huertos y milpas en torno a la estatua de Cuauhtémoc, en las calles de Roma, Milán, Lucerna, Dinamarca, Hamburgo, Londres, Berlín, Río Neva, Río Amazonas y Av. de los Insurgentes.

Una fábrica de ladrillo se levantaba frente al monumento a Colón. Los terrenos entre las calles Penitenciaría (Ignacio Ramírez), Tamaulipas (José María Lafragua), Inválidos (Ignacio Vallarta), La Paz (Ezequiel Montes), Ejido (prolongación de la Av. Juárez) y Artes (Antonio Caso) estaban destinados al cultivo de alfalfa y legumbres. Tierras propias de labranza eran las que se veían al oeste de la calzada de los Ferrocarriles del Distrito (después Ramón Guzmán, hoy Av. Insurgentes Norte) y al norte de la Calzada del Calvario (Valentín Gómez Farias).

Anteriormente, la Colonia Juárez llevo los nombres de Bucareli, Nueva del Paseo y Americana. La escritura pública se otorgó el 23 de agosto de 1892 a la entonces Colonia Bucareli, y en octubre de 1903 a la Nueva del Paseo. Luego fueron fusionadas por el Ayuntamiento para integrar la Juárez. Hasta finales del siglo XVIII, los terrenos donde se trazó el Paseo de la Reforma, y en los que más tarde se crearon las colonias Nueva del Paseo o Bucareli o Americana -finalmente Juárez- y la Cuauhtémoc, tenían por límites el Paseo de Bucareli y estaban cubiertos por una gran laguna que se fue desecando naturalmente. A mediados del siglo XIX sólo quedaban el recuerdo de ella y algunas zanjas cubiertas de agua. Muchos de estos terrenos pertenecían a ejidos de la ciudad que llegaban hasta la actual glorieta de Cuauhtémoc.

Aunque desde 1860 la capital comenzó a extenderse en varias direcciones, la situación, condiciones y características de esos terrenos no habían propiciado el ensanche urbano por este rumbo, que todavía en 1864 estaba completamente deshabitado.

La idea de construir la Calzada del Emperador -Paseo de la Reforma- entre el Castillo de Chapultepec y la estatua de Carlos IV (cuando se localizaba en la confluencia de Paseo de la Reforma y Av. Juárez), límite y avanzada de la ciudad fue, al parecer, de la emperatriz Carlota, y su traza fue encomendada por Maximiliano al ingeniero austriaco Allois Bollan Kuhmackl en 1865. Al triunfar la Republica se denominó Paseo Degollado. Pocos años después recibió su nombre actual, y entre 1872 y 1876, Lerdo de Tejada la ensanchó y le dio su forma definitiva, abriéndose al público en 1877.

Hasta el último decenio del siglo, la Alameda y el Paseo de Bucareli habían sido los lugares preferidos por las gentes de dinero para sus reuniones y paseos vespertinos; pero al hacerse gratuito el acceso a la Alameda en 1890, éstas se fueron desplazando hacia el Paseo de la Reforma que desde entonces se convirtió en escenario de bellas y elegantes fiestas y lugar de paseo en carruaje de la burguesía. Poco después de 1880, se inició la construcción de casas de campo en las proximidades de Chapultepec. Sin embargo, pronto comenzó a ser alterado el carácter campestre que le imprimían los primeros edificios con la construcción de viviendas alineadas con la calle, perdiendo su original carácter residencial aristocrático que los primeros propietarios y el gobierno querían preservar, por lo que en 1889 se acordó "la exención de impuesto predial por cinco años a los propietarios que dejen entre el edificio y la calzada un espacio de jardín no menor de ocho metros". A iniciativa de Francisco Sosa, historiador de Coyoacán, los gobiernos del Distrito Federal y de 18 estados de la República hicieron donativos de las estatuas de dos personajes famosos por cada entidad que hubieran luchado por la Reforma, por la libertad de la República o alcanzado distinción por otros meritos. Estas estatuas se colocaron en el Paseo de la Reforma. La ubicación de ellas se alternó con jarrones de bronce diseñados por Gabriel Guerra. En el pedestal de cada monumento aparece una placa epigráfica con la información respectiva.

En la década de los años setenta del siglo XIX, el Lic. Rafael Martínez de la Torre empezó a fraccionar unos terrenos entonces remotos: los de la Hacienda de la Teja, de la familia Espinoza, ubicada al poniente de la capital, para crear la que operaria en la época como auténtica ciudad satélite de la Ciudad de México, y que 70 años más tarde albergaría a la sofisticada Zona Rosa. Cuando acometió esta empresa, Martínez de la Torre disponía ya de experiencia urbanística: un año antes, en 1873, había contribuido a formar la colonia Guerrero, en terrenos de su propiedad ubicados en Buenavista y en el Barrio de Los Ángeles. El casco de la Hacienda de la Teja se encontraba sobre la actual Av. Melchor Ocampo, a la altura del Colegio Franco Inglés, cerca de la hoy Av. Marina Nacional, y sus terrenos colindaban con los de la Hacienda de la Hormiga, propiedad de los Martínez del Río, con los del Molino del Rey (hoy en la vecindad de la residencia presidencial de Los Pinos) y con las haciendas de los Polanco y la de los Morales, llamada así, según Guillermo Prieto, por haber sido ahí donde alrededor de 1530, los españoles pretendieron introducir el cultivo de la morera en Nueva España.

Los terrenos señalados por Martínez de la Torre fueron los situados a uno y otro lado del Paseo de la Reforma, que hoy corresponden a las colonias Cuauhtémoc y Juárez. Respecto a la porción de la hoy colonia Cuauhtémoc, Martínez de la Torre elaboró un nuevo plano el 8 de junio de 1876 que modificaba al anterior, para que las calles transversales cortaran en ángulo recto al Paseo de la Reforma. Fallecido Martínez de la Torre, la colonia Juárez permaneció estancada hasta 1882, cuando Salvador Malo, quien había adquirido los derechos anteriores, participó al Ayuntamiento que la colonia estaba formada, contando tanto con los terrenos de la Hacienda de la Teja como los del Rancho de los Cuartos.

Las obras, de nuevo interrumpidas, se reanudaron en 1904 cuando la Secretaría de Gobernación celebró contrato con la Mexico City Improvement Company. Dos años más tarde, cambiando su razón social por la The Chapultepec Land Im­provement Company, la empresa acometió en definitiva la urbanización de la parte comprendida entre los límites siguientes: al norte, la Av. Poniente 10-A (hoy calles de Roma); al sur, la Calzada de Chapultepec (hoy Av. Chapultepec); al oriente, la calle Sur 16 o calle del Congreso (hoy calles de Versalles); y al poniente, la Calzada de los Guardas (hoy Av. de los Insurgentes).

Pronto, los empresarios empezaron a llamar a este fraccionamiento con el nombre de Colonia Americana, y el 21 de marzo de 1906 -aniversario del natalicio de Benito Juárez- oficialmente se acordó bautizarla con el nombre de Colonia Juárez.

Respecto al nombre de la colonia, el historiador José E. Iturriaga señala que "por una contradicción del destino es que la Colonia Juárez se llamaba anteriormente Colonia Americana. Durante la expansión minera y ferrocarrilera de México ahí se alojaban los ingenieros ingleses y americanos. Cuando se cumplieron cien años del natalicio de Benito Juárez, Porfirio Díaz, su enemigo político a muerte, ordenó a Guillermo Landa y Escandón que cambiase el nombre, lo cual desde el inicio fue una aberración pues habiendo sido Colonia Americana le pusieron a las calles nombres de ciudades europeas, mientras que los de las ciudades norteamericanas fueron a dar a la Colonia Nápoles (Delegación Benito Juárez), la cual surgió de la Hacienda de Xola".

Información encontrada en: www.yunkeland.com

1 comentario:

Wow Gold dijo...

Very Nice Blog