Después de dejarte en Buenavista, dimos una vuelta por la plaza y Alex se topo con la rana René y me pidió que le tomará una foto, la nave espacial le dió miedo y en la lanchita se sentía como James Bond. También posó junto a un tren suburbano a escala.
De la estación corrimos a Reforma a ver el árbol de navidad más grande del mundo, muy padre, pero creo que no hay necesidad de cerrar Reforma para verlo. Otra de las grandes decisiones de Marcelo Ebrad, que no sabe que justo en el cierre de la avenida es hora pico y provoca todo un caos, Alex y yo jamás pudimos tomar un taxi para irnos a su casa, pero tuvimos suerte en que después de una hora pasara el micro.
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