Fue un partido tremendo, de esos que hacen tiritar al más duro. Buonanotte, de entrada, la cruzó al segundo palo y parecía una tarde cómoda para el puntero. Pero no, porque los Canallas, que salieron de la Promoción, lo dieron vuelta con goles de Zelaya y Arzuaga. Fiesta total en Arroyito.
Juan Manuel Lagares
Siempre es brava la parada de River en Rosario. Aunque mande ampliamente en el historial y el Canalla no festeje un triunfo desde el 2005. Pero está prohibido relajarse para un equipo que pelea en los dos frentes y que está sediento de títulos. El equipo del Cholo Simeone visitaba el Gigante de Arroyito para mantener la punta del Clausura, ya que Boca acechaba con peligro. Pero Central, urgido por el promedio iba a dejar todo por los tres puntos que lo saquen de la Promoción.
A pura velocidad. Así comenzó el partido. Los dos como nerviosos, apurados. Madelón paró un 4-4-2 que parecía más estructurado que el 4-2-3-1 del River de Simeone. La primera fue un centro para Abreu, que bien supo rechazar la defensa de Central. Después Costa probó con un derechazo cruzado, fácil para el buen momento de Carrizo. Sin embargo, en los primeros minutos, el local estaba más ordenado.La pelota y el campo eran para Central. A los 7, Papa le puso un gran pase a Arzuaga en el área, que salvó Tuzzio cuando el colombiano se iba mano a mano con Carrizo. River apostaba a salir rápido en una contra que no se mostraba bien engranada. Apuraba Central con todo, y volvió a generar peligro a los 11 con un desborde del Kily González por izquierda. Centro, rechazo corto; nuevo centro de Costa por derecha, Carrizo no puede dominar y despejó Cabral, muy exigido. Sufría el visitante.
Central era mucho más que su rival, que prácticamente no había cruzado la mitad de la cancha. Borzani se había ganado la amarilla por una falta en el medio, y ese fue el primer indicio de que el local iba bien, con mucha gente, pero no volvía de la misma manera. Estaba rápido el Canalla y desbordaba a River por los dos costados. Aunque no era profundo, dominaba a placer y parecía que el gol iba a llegar en cualquier momento. Y el gol llegó, a los 19, pero fue de River. La jugada comenzó en un tiro de esquina para Central, salió la contra veloz. Buonanotte apareció muy solo por izquierda, cruzó el remate y se fue festejando el 1-0. Injusto, pero contundente.
Con la ventaja creció River, y sobre todo creció Ponzio en el medio. A los 28, Ferrari tocó para Augusto Fernández por derecha. El volante llegó al fondo y envió el centro pasado para Abreu, sin marca. El cabezazo del uruguayo fue fácil para el arquero Alvarez, aunque el susto fue grande. Pero Central respondió con la misma moneda, en el mejor momento de su rival llegó al empate. Papa desbordó por izquierda y tocó para Jesús Méndez, en el medio del área. El ex River aguantó la doble marca de espaldas al arco y descargó para Zelaya, que estaba de frente. El derechazo del delantero se clavó abajo para poner el 1-1 a los 29. Festejo merecido para Central, que además dejó en 598 los minutos invicto de Carrizo.
Con los goles se armó un partidazo. Lo tuvo Abelairas con un buen remate desde lejos que exigió a Alvarez. Y en la contra, Costa se fue mano a mano con Carrizo, definió de zurda y el arquero llegó a rozarla para salvar a su valla. Y como había pasado con Ponzio antes, ahora sucedía con Jesús Méndez, clave en la remontada de Central en un partido que iba y venía, en todo sentido. El volante central salió disparado a los 40, recuperó la pelota y aunque tres rivales lo perseguían, nadie lo pudo alcanzar, de izquierda al centro. Habilitó a Costa que sacó el derechazo cruzado que se fue al lado del palo. Y a los 43, Méndez realizó un cambio de frente perfecto para Costa. El pelado tocó de primera al medio. Los centrales de River ausentes, Villagra no pudo hacer nada con Arzuaga, que aguantó con el cuerpo, la paró de derecha, giró y metió el 2-1 de zurda. Lo daba vuelta Central, con juego, coraje, velocidad y el cerebro en Méndez.
La postura para el segundo tiempo fue muy diferente en Central. Distinta, pero sin cambiar la mentalidad ganadora. Porque el local enfrió el partido desde el vamos. Se defendió con la pelota, tratando de lastimar de contra, pero sin meterse atrás. River entró en el juego de su rival, y en ese terreno no le fue bien. Cuando River tuvo la obligación de ir a buscar el resultado no supo cómo, sin ideas, sus ataques terminaban en vagos centros para Abreu que casi siempre descolgaba Alvarez o rechazaba Ribonetto.
Fue a los 15 que Central demostró a qué jugaba y evidenciaba la falta de noción de juego en River. Después de varios toques, y con una jugada muy elaborada, el Kily llegó a desbordar por izquierda para habilitar a Zelaya que no pudo definir por el buen cruce de Tuzzio. Simeone se cansó y llegó el turno de Ortega. El Cholo lo puso al Burrito en lugar de Ferrari, y Madelón, que no come vidrio, lo sacó a Espinoza (amonestado) en lugar de Raldes.
A pesar de Ortega, Central siguió manejando el balón a criterio. Aunque cada vez más cerca del arco de Alvarez que del de Carrizo. Entonces siguió moviendo el banco el técnico Millonario. Archubi por Abelairas y Rosales por Augusto. River desde los 25 minutos del complemento hasta el final, atacó con Abreu de punta, Falcao más atrás, Rosales por derecha, Buonanotte por izquierda, Ortega de enganche y Archubi del centro hacia el lugar del Enano.
Se fue con todo River por el empate. Con casi todo, le faltó decidir la manera de atacar. Y Central, firme en el fondo con un Ribonetto inspirado, más el corazón del Kily González y de Jesús Méndez, de gran partido, evitaba el asedio del equipo visitante. A los 29, se fue expulsado Borzani por doble amarilla tras un agarrón a Ortega. Calgaro ingresó por Zelaya (arriba quedó sólo Belloso que había reemplazado a Arzuaga, con un golpe) y Central no se descompensó aunque prácticamente renunció a atacar.
Nunca le encontró la vuelta al partido River. Y Central con mucho coraje, o "huevo" como pidió Madelón desde el banco, se las bancó todas. Hasta cuando en el final Carrizo fue a cabecear un tiro de esquina. Con un hombre menos durante los últimos 16 minutos más los cuatro de adición, con un Kilý inagotable, con un valiente Méndez, un Ribonetto impecable y un Alvarez solvente, Rosario Central se adueñó de la victoria por 2-1, salió de la zona de Promoción y dejó sin invicto a River.
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